MANUEL FERRER

Blog personal de Manuel Ferrer Muñoz


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La insensibilidad de FLACSO-Ecuador ante el drama de las costas de Libia

flacso

 

 

 

 

 

 

Acabo de ver rechazada, sin más explicaciones (sólo el acostumbrado “lamentamos informarle”), la propuesta de ponencia que, con el título «Normativa de la Unión Europea y Legislación española sobre Inmigración y Extranjería. Su aplicación en la Comunidad Autónoma canaria”, presenté para el III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales, cuya celebración se prevé en FLACSO-Ecuador del 26 al 28 de agosto de 2015.

Lo notable del caso es que uno de los ejes temáticos de ese congreso es precisamente “Estudios estratégicos, seguridad y conflicto”.

La insensibilidad de los organizadores del congreso adquiere particular realce cuando esta decisión me ha sido trasladada dos días después del desastre del barco pesquero hundido frente a las costas de Libia, con casi mil personas a bordo que trataban de ingresar clandestinamente en las fronteras de la Unión Europea.

Al parecer, poco interesa en FLACSO-Ecuador el análisis de una normativa que propicia unos desastres a los que he dedicado mi atención durante casi diez años desde el Centro Europeo de Estudios sobre Flujos Migratorios de Las Palmas de Gran Canaria (Canarias, España).

Puede que la lejanía del drama –el mar Mediterráneo cae tal vez demasiado distante para los esquemas mentales de los organizadores del Congreso- haya aconsejado la exclusión de una ponencia con la que hubiera deseado poner el dedo en una llaga lacerante que desprestigia a uno de los bloques políticos más influyentes del planeta.

Para FLACSO-Ecuador, parecen importar poco África o el Mediterráneo, o el hecho dramático de que la cifra de personas que se ahogaron se acerque a 900


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Agustín Arteche. Yihadismo, la enfermedad del islam

yihadismo

El mundo del islam es un caos actualmente. Durante varias décadas, su discurso en muchas mezquitas, medios de comunicación y escuelas ha alimentado la violencia… Han criado serpientes venenosas, que ahora se vuelven contra ellos. ¿A qué viene este auge del yihadismo, que indigna a los propios musulmanes y que acaba también asesinándolos a miles?

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Juan Manuel de Prada. Control social

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En un libro muy notable que acabo de leer, Oligarquía y sumisión (Ediciones Encuentro), José Miguel Ortí Bordás se refiere muy acertadamente a esta nueva forma de control social o dominación de las conciencias que ya no actúa, como en los totalitarismos clásicos, allanándolas y forzándolas, sino moldeándolas a su gusto, adaptándolas complacientemente a los paradigmas culturales y políticos vigentes, y reduciendo a los pueblos a la categoría de rebaños gustosamente esclavizados, corifeos de la corrección política y del pensamiento positivo, fundado sobre una antropología optimista (¡el hombre es buenecito y, a poco que lo dejen, irá perfeccionándose todavía más!). Por supuesto, este control social se logra sin que nadie tenga la impresión de estar obedeciendo, sino abrazando libremente (¡con entusiasmo de lacayos fervorosos!) sus directrices. Y, una vez logrado el control completo, el discrepante será automáticamente visto como un desviado o un demente peligrosísimo.

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Recuerdos del Banco del Tiempo de Gran Canaria

logo BT versión definitiva

Estos días que paso en Gran Canaria, antes de reincorporarme al Ecuador son de mucha tranquilidad, que facilita la reflexión sobre experiencias de un pasado todavía reciente.

Entre los recuerdos que con más insistencia me vienen a la mente –y al corazón- sobresalen los primeros pasos del Banco del Tiempo que se puso en marcha en Las Palmas de GC, al que seguiría después el del Área Metropolitana de Tenerife, que no tardaría en adquirir autonomía plena en su desarrollo y que actualmente está en pleno funcionamiento.

Por eso he querido compartir con ustedes este vídeo, que recoge un programa de Expreso de la Televisión Canaria en el que se informó de una iniciativa que entonces empezaba a caminar


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Sentido común, sentido jurídico, vergüenza torera

catilina

Entre los ecuatorianos que he tenido ocasión de conocer y tratar durante doce meses vividos en Quito abunda la gente buena y la buena gente. Muchos de ellos –colegas de trabajo, vecinos, compañeros ocasionales- han pasado a engrosar mi ya dilatada lista de amigos.

Pero también he podido registrar casos singulares, enlazados todos por circunstancias coincidentes: el descaro –la desvergüenza- con que persiguen sus intereses (no siempre legítimos) aun a costa de violar los derechos de otras personas, sin que les importe poco ni mucho el daño que puedan causar, ni la existencia de normas que se supone de obligado cumplimiento.

Me atrevería a decir que en el Ecuador, como en otros países que conozco bien (México y Colombia, por ejemplo), no ha arraigado una cultura jurídica capaz de garantizar a los ciudadanos el respeto y la seguridad que debería proporcionar el ordenamiento legal.

Me reservo para otro momento el detalle de las irregularidades administrativas imputables a Senescyt en un contexto de tanta relevancia como el Proyecto Prometeo.

Más reciente es una peculiar experiencia sufrida cuando MGA* -la propietaria de un inmueble que alquilé en la Av. República de El Salvador como residencia familiar, exigió para la devolución de la garantía el cumplimiento de requisitos que no figuraban en el contrato de alquiler. La condición incluida en él de devolver el departamento en las condiciones en que se recibió, salvo desperfectos ocasionados por el uso ordinario, fue transformada unilateralmente por la desaprensiva propietaria del inmueble en la obligación de pintar íntegramente el departamento y de volver a limpiar una alfombra que ya estaba limpia y unas instalaciones que también lo estaban, bajo la coacción de no devolver la cantidad entregada como garantía.

Tan atrevida y desvergonzada exigencia se explica sólo por la persuasión de la inutilidad de que el inquilino acometiera un procedimiento jurídico contra esa arbitrariedad.

Yo soy un hombre pacífico, pero cada vez entiendo mejor cómo hay gente desesperada que recurre a procedimientos “expeditivos” para cobrar deudas de morosos o para protegerse de abusos de quienes se sienten protegidos por la inoperancia de los operadores jurídicos.

Vienen a la mente las palabras de Cicerón, exasperado por el proceder inicuo de Catilina: Quo usque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?

*        No parece que sea el caso de identificar a esa persona, exponiéndola al público descrédito, aunque sí procuraré la información necesaria a quienes lo soliciten, de modo que no vayan a caer en las trampas que refiero en el texto.


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La deshumanización del viaje

ovejas

Desplazarse en avión constituye una de las más desagradables pesadillas que puede vivir una persona a la que repugne el espíritu gregario.

Los pasajeros que arriban a los aeropuertos son conducidos y tratados como ovejas en el aprisco, sujetos a insoportables trámites, revisados y hurgados como delincuentes en potencia, humillados en cacheos indecorosos.

Si, además, la pasajera es mujer que viaja sola con un hijo menor de edad, y ha padecido la desgracia de recalar en el aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, de Cali, la situación se agrava hasta extremos preocupantes.

Allí se dan la mano la prepotencia y la cerrazón de los funcionarios de Migración con la grosería burda de los policías de Aduana. Si los primeros convierten en una epopeya el sencillo trámite de viajar sin la compañía del marido, con un niño a cargo que no ha alcanzado la mayoría de edad, los segundos no se quedan atrás y se atreven en su desvergüenza a insinuar con desparpajo, cuando revisan hasta los dulces del pequeño, que ¡la mamá puede estar traficando droga!

A esos desgraciados los sostenemos con nuestros impuestos, rellenamos sus estómagos insaciables con el fruto de nuestro trabajo, alimentamos su ridículo sentimiento de superioridad y su estúpida petulancia con largas horas de dedicación a nuestras exigentes actividades profesionales.

Es hora de que estos desaprensivos rindan cuentas, de que la ciudadanía exija el respeto que se le debe, de enseñarles que son nuestros servidores y no unos aprendices de déspotas acreedores de nuestro desprecio.

Nosotros hemos creado y alimentado a esos monstruos, y hemos de descubrir el modo de devolverlos a la condición humana o de acabar con ellos.

P. D.:

1) El cuadro que se ha trazado no reviste carácter universal. Un paso por el aeropuerto Adolfo Suárez, de Madrid-Barajas, permite constatar un panorama alentador, que contrasta con el descrito antes como el día dista de la noche.

2) La guinda: en un vuelo de Avianca, una pasajera indispuesta se negó a abandonar la nave cuando ésta se hallaba aún en pista, antes de iniciar la maniobra de despegue. El tiempo requerido para persuadirla de que se bajara –una hora- impidió que cientos de pasajeros perdieran sus conexiones aéreas en Madrid.


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Pateras y ébola

patera

En relación con la entrada colgada anoche (Esteban Rodríguez García. Vergüenza), y para contextualizar esas críticas tremendas, remitimos a informaciones de prensa de los últimos días, que proporcionan detalles de la arribada a Gran Canaria de una patera, con más de veinte personas a bordo, que fueron tratadas peor que ganado por la torpeza y la falta de humanidad de la Consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias.

Pero podemos quedarnos tranquilos: el alcalde de San Bartolomé de Tirajana asegura que la presencia de esas personas en la playa de Maspalomas no daña la imagen de Canarias como destino turístico.

Y el presidente del Cabildo de Gran Canaria pontifica: “no hubo maltrato a los inmigrantes”.

El alcalde y el presidente del Cabildo son personas honradas, luego merecen crédito.

El traslado al centro de retención, en un camión del servicio de limpieza, de personas que llegaron exhaustas a la isla, después de una azarosa travesía y de haber padecido durante horas un cerco policial, como si fueran peligrosos delincuentes o ratas infestadas, no es maltrato, sino un anticipo de la hospitalidad que nuestras dignas autoridades les dispensan.

No deja de ser lógico que quienes son considerados basura por tan sensibles personajes –tan cautelosos como cortos de inteligencia y duros de corazón- sean trasladados en camiones destinados a este uso.

Estamos de suerte.

El Mundo, 5 de noviembre de 2014

http://www.elmundo.es/espana/2014/11/05/545a2964ca474156118b458c.html

20 minutos, 5 de noviembre de 2014

http://www.20minutos.es/noticia/2287333/0/protocolo-de-ebola/patera/gran-canaria/

Canarias Ahora, 6 de noviembre de 2014

http://www.eldiario.es/canariasahora/sociedad/Bento-reconoce-inmigrantes-limpieza-injustificable_0_321618106.html

Canarias Ahora, 7 de noviembre de 2014

http://www.eldiario.es/canariasahora/sociedad/Bravo_de_Laguna-exageracion-criticas-trato-inmigrantes-maltrato_0_321968377.html

El País, 8 de noviembre de 2014

http://elpais.com/elpais/2014/11/07/opinion/1415385966_348464.html


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Esteban Rodríguez García. Vergüenza

maspalomas

 

Con este comentario se abrió un reciente programa radiofónico de Radio Faycan

Podría pasar de este suceso y ocupar mi pensamiento en miles de cosas y casos que suceden en el mundo. Alguien incluso podría indicarme que mejor me ocupe de lo mío. Y esta observación me haría reflexionar en… ¿Qué es lo mío?

Pues sí, lo mío hoy es calificar de vergüenza social y colectiva los acontecimientos que sucedieron ayer en la playa de Maspalomas (Gran Canaria). Las fotos de hoy no son más que un exponente llamativo de lo que viene sucediendo año tras año en muchas partes del mundo sin que se inmute la conciencia de los que manejan económica y políticamente los destinos de millones de personas de este castigado planeta.

Conocer la noticia de la llegada de una patera con 23 personas exhaustas, agotadas tras un traumático y desesperado viaje a la deriva. Verles medio muertos sobre la arena acordonados por las fuerzas de seguridad y medios asistenciales y sanitarios aterrados ante el pánico por el miedo al contagio de esa mortífera enfermedad del ébola no justifica lo más mínimo que sean tratados como escombros para trasladarlos en un camión del servicio de limpieza.

Sin duda alguna este humillante trato se convierte en un escándalo de grandes dimensiones. Le podíamos dar muchas lecturas que ahondarían más en lo miserable de un pensamiento único dominado por los intereses materialistas y económicos a los que este tipo de incidentes sólo les afecta en términos estéticos y crematísticos deshumanizados (claro, podría afectarnos desde el punto de vista turístico y económico). Vergüenza.

Pero no se apuren, esto es tan solo una anécdota más que la opinión pública digerirá con extraordinaria rapidez, pues ya saben que cuando de algo hay mucho, en nada se queda. Y pasaremos al próximo capítulo de despropósitos de esta interminable novela, donde los actores principales se encuentran fuera de escena guiando los mandos del expolio con inusitada tiranía y avaricia.

No sigamos el juego de esta inmoralidad. No nos dejemos arrastrar por los miedos. No nos sumemos a esta hipocresía vergonzosa de mirar para otro lado mientras suceden, cada minuto, hechos como estos donde seres humanos se ven sometidos a la humillación, al castigo y al abandono mientras permitimos que unos pocos continúen gobernando un mundo que no es de ellos. No nos dejemos embaucar por la propaganda y los parabienes de una sociedad de consumo que maltrata a pueblos enteros mientras roba sus riquezas para ofrecerlas después de sacarles suculentos beneficios.

Esto que ha ocurrido en Maspalomas no es un hecho aislado. Está pasando en miles de lugares. Es producto de la enfermedad más contagiosa y mortífera de la tierra. Pero esta no es el ébola. Es la AVARICIA, y esta enfermedad está vacunada con el dios del dinero al que sólo la conciencia del alma puede combatir.


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A Emilio Botín

botín

 

 

 

 

 

 

A raíz del suicidio de Amaia Egaña, en Baracaldo, cuando iba a procederse al desahucio de su vivienda, consideré pertinente reproducir fragmentos de una carta que dirigí a Emilio Botín, Presidente del Banco Santander Central Hispano, el 24 de enero de 2011. El motivo inmediato de la carta fue el abusivo monto de una cantidad desaforada por la cancelación de una cuenta bancaria.

Han pasado casi dos años, y Botín ha fallecido hace unos días.

Me parece miserable hacer leña del árbol caído, porque toda persona merece respeto y porque el odio no conduce a nada.

Muerto Botín, nada cambiará: porque la causa del actual estado de cosas es estructural. Las personas sólo son máscaras que bailan y se mueven incapaces de decir basta.

Y esto es lo verdaderamente doloroso.

Con toda sinceridad te deseo, Emilio Botín, que descanses en paz.

Éste es el texto de la carta en cuestión:

Distinguido señor:

No quiero distraer mucho tiempo su atención, porque entiendo que no anda sobrado de este tesoro del que disfrutan muchos españoles gracias a la crisis, la incompetencia del Gobierno y la racanería del crédito bancario.

[…]

¿Se da usted cuenta, señor Botín, de que esa cantidad [40,34 euros] viene a representar el 10% de los ingresos mensuales de no pocas familias españolas? Muchas personas necesitan invertir cuatro horas de esfuerzo y trabajo para ganar esa cantidad, ¡y el Banco de Santander cobra impunemente 40,34 euros por cancelar una cuenta!

Es posible que no le lleguen muchos escritos como éste: porque quedan pocas personas con arrestos y porque supongo que ya se cuidará su entorno de filtrar todo aquello que pueda escandalizar sus castos oídos. Pero sería muy conveniente que conociera la indignación que muchos ciudadanos experimentamos por los manejos de un banco que “no cobra comisiones”.

Como historiador y como estudioso de los fenómenos sociales quiero abrirle los ojos. La ira contenida, la desesperación y la impotencia de muchos ciudadanos empiezan a rebosar. No falta mucho para que la violencia se desborde, y no cabe duda de que las instituciones bancarias constituirán uno de los blancos elegidos por esas gentes enloquecidas que nada tienen que perder. Sucesos como la reciente resolución judicial de la causa promovida contra un consejero delegado del Banco Santander no hacen sino echar leña al fuego.

Les ofrezco gratis un consejo: rectifiquen y piensen que hay mucho más que el dinero. Recuperen la vocación de servicio que tal vez tuvieron un lejano día. Dejen de especular con quienes incautamente les confían su dinero. Impidan que el fuego de la cólera de muchos incendie el monte: aunque sólo sea por la mezquina razón de que casi todo lo que pueda arder de ese monte les pertenece.

Un saludo cordial, gratuito y sin comisiones.


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Represa Pérez, Fernando (coordinador), De Quito a Burgos: Migraciones y Ciudadanía, Burgos, Editorial Gran Vía, 2006

de quito a burgos

Al recoger esta reseña bibliográfica resulta imposible resistirse a la tentación de pensar que, si este libro se hubiera escrito ocho años más tarde, tal vez llevaría por título De Burgos a Quito

Lo que son las cosas.

 

Reseña de Carlos Peláez Paz

Un mapa, físico e intelectual, es lo que ofrece Fernando Represa en un viaje imaginario de Quito a Burgos, caminando a través de la compleja y tupida red tejida por los flujos migratorios de nuestro tiempo. En este mapa mental quiere señalar varios puntos clave que puedan servir para diseñar una hoja de ruta, un nuevo modo de representación del fenómeno migratorio. El subtítulo del libro, Migraciones y ciudadanía, es una declaración de intenciones, situando en el horizonte de la titularidad de derechos y deberes, de la participación activa e inclusión en nuestra sociedad a esos “hombres y mujeres, que por muy diversos motivos han abandonado sus hogares para recorrer grandes distancias, físicas o simbólicas, éstas últimas en muchas ocasiones más duras e insalvables.

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